martes, 9 de febrero de 2010

X-48B: un prototipo experimental del futuro Boeing de pasajeros a escala 8,5%
















Este blog tiene como misión, entre otras, reivindicar la investigación con modelos a escala en la arquitectura. En aviación se hace y parece que da buenos resultados. Es infinitamente más barato estrellar un modelo a escala que un avión real, y también mucho menos peligroso. En arquitectura no existe este peligro, pero sigue siendo mucho más barato estudiar edificios a escala que edificios reales. La miniaturización y abaratamiento de la electrónica hacen que sea posible instrumentar masivamente estos modelos y obtener una cantidad ingente de información experimental, rentabilizando enórmemente la inversión realizada.
















Instituciones como la NASA, que saben algo sobre investigación, son requeridas por compañías como la Boeing, para el desarrollo de nuevos conceptos de aviones de pasajeros. Y entre sus estrategias está la de experimentar con modelos a escala, como medio de completar y contrastar la información obtenida por los estudios realizados con túnel de viento y simulaciones informáticas. Un ejemplo de ello es el X-48B, que representa a una escala del 8,5% el nuevo concepto de avión de pasajeros "blended wing body" de la Boeing. Este prototipo realizó sus primeros vuelos de prueba en 2007. Esta práctica es relativamente habitual en aviación, encontrándose abundantes ejemplos como el avión solar Centurión, del que también se realizó un modelo a escala previo para verificar su viabilidad.
El equipo de Flyer One trabaja actualmente en un modelo a escala 16,6% de casa solar avanzada, como medio de explorar las nuevas posibilidades que permite la construcción de "máquinas eficientes para ser habitadas". Se sigue así de este modo una recomendación ya clásica de Norman Foster y otros, aprendiendo las lecciones que sobre investigación nos dan aquellas ramas de la industria que están tecnológicamente más avanzadas que la construcción arquitectónica, como es la aeronáutica.



Piccolino: 1,6 gramos de helicóptero de radio control
















Alexander Van de Rostyne es otro genial inventor que en 2006 batió un nuevo record construyendo un helicóptero de radio control de 1,6 gramos de peso. Con un diámetro del rotor principal de 63 mm puede considerarse el helicóptero de radio control más pequeño jamás construido.

Su construcción, completamente manual, se basa en la utilización de fibra de carbono y resina epoxy conformada con medios artesanales. Utiliza un motor principal de 4mm de diámetro y otro de cola de 3,2 mm. En las fotos está cuidadosamente borrada con photoshop la varilla de reenvío entre la barra estabilizadora (flybar) y la hélice principal, para proteger la invención.

Verdaderamente, al margen de su capacidad para volar, se trata de una pequeña obra de arte, casi una escultura, de pequeño formato. Un nuevo motivo de inspiración para todos los que nos emociona la belleza de las máquinas. La aparición de este ejemplar hizo parecer a su antecesor, Pixelito, hasta entonces una joya de la miniaturización, como un mastodonte de 6,3 gramos de peso y 130 mm de diámetro de rotor.































Construido en 2003, sirvió de base a los recientes helicópteros de juguete dirigidos por infrarrojos, cuyo primer representante fué el picco-z.

Evidentemente, por razones de precio y robustez, el juguete ha perdido tanto el equipo de 4 canales del prototipo, como su bella estampa de fibra de carbono, en favor del casi indestructible (o suficientemente sufrido) polipropileno extruido. Sin embargo casi nadie repara en el increible salto tecnológico realizado para conseguir poner en vuelo y controlarlo, a un helicóptero de poco más de 10 gramos de peso y 13 cm de diámetro de rotor. Y tal vez tampoco en la poética de las fotografías de Rostyne (cáscara de huevo, mariquita y hamster).