viernes, 2 de septiembre de 2011

Casa en el arbol: una utopía ecológica.























Una vieja aspiración de fusión de la arquitectura con la naturaleza es el sueño infantil o no tan infantil de la casa en el árbol, o en la palmera. Desde luego se consiguen una serie de objetivos de mínimo impacto en el terreno: la cimentación son las raices de los árboles, la estructura principal a compresión son los propios árboles, e incluso parte de la protección solar también la aportan las ramas y las hojas.

Además las propuestas de Cristina Caldieri y Andrea Cigolini, para la empresa Baumraum (literalmente casa en el árbol) aportan la emoción de una arquitectura futurista orgánica que se integra fantásticamente en el entorno natural, lejos de mimetismos pseudo-vernaculos de construcciones ecológicamente correctas de cañas o tablas.

Estas ideas que todavía hoy resultan visionarias, tal vez resulten normales dentro de treinta años. Al menos Baumraum ya las ofrece comercialmente, aunque no parece que se haya construido ninguna de este tipo. Para aquellos que se planteen la compra de un solar lleno de árboles puede ser una buena opción para no tener que cortar ninguno. Para el que no los tenga, también existe la opción de comprarlos grandecitos ya que el coste puede compensar el logro emocional y ecológico.

Además el aprovechamiento del terreno es máximo, sobre todo en solares pequeños en los que la ocupación en planta puede dejar reducido el jardín a la mínima expresión.

Estas ideas no son nuevas y no podemos dejar de citar aquí ejemplos como the retreat, de Norman Foster en su etapa del Team 4 con Richard Rogers, o los proyectos peanut y drop de Future Systems.



En definitiva nuevas interpretaciones para un tema clásico que desde el punto de vista de conservación de la naturaleza cobra un nuevo interés.