miércoles, 8 de abril de 2020

Nuevas placas fotovoltaicas integradas en fachadas


























La empresa SwissINSO ha lanzado al mercado un nuevo producto llamado Kromatix, consistente en un vidrio que deja pasar las radiaciones que excitan las células fotovoltaicas, reflejando el resto de radiación luminosa. De este modo mientras oculta la imagen de una placa fotovoltaica estándar proporciona una imagen continua e uniforme a la placa fotovoltaica que mejora notablemente su integración estética en la imagen de la fachada.

Además la carpintería de aluminio puede ir encolada por le trasdós del vidrio por lo que desaparece cualquier imagen de carpintería de aluminio en la fachada. De este modo estos paneles pasan como si no fueran de vidrio, teniendo un aspecto más metálico que otra cosa.















Estas placas están disponibles en siete colores diferentes para poder dar cierta libertad de diseño al arquitecto a la hora de integra estos paneles en fachadas de diferentes colores.
























Ya se han instalado con éxito en varios edificios y su imagen parece mas que aceptable. esperemos que gracias a este y otros inventos similares se extienda el uso de fotovoltaicas en fachada. En España este producto está disponible a través de la empresa Lledó.


Rat rod de radio control


domingo, 23 de febrero de 2020

Berlinettas italianas poco conocidas previas a Ferrari













De una belleza difícil de describir y lejos de gozar de la fama de Ferrari o Maserati, hay en la historia del automóvil joyas italianas de tantos quilates o más como las citadas marcas, siendo en muchos casos el antecedente de algunos de los modelos más legendarios de aquellas. Es el caso de Cisitalia, marca bien conocida para los entendidos pero absolutamente anónima para el gran público. El nombre Cisitalia viene de "Consorzio Industriale Sportiva Italia" y fue fundada en Turín en 1946 por el industrial Piero Dusio.

Por aquella época era común que los facbricantes de coches hicieran chasis y motor y encargasen la carrocería, incluido su diseño a famosos carroceros, italianos en este caso, tales como Pininfarina. En efecto derivado de coches de carreras se decide sacar un coche de calle llamado Cisitalia 202.
















Estaba provisto de un pequeño motor Fiat de 1100cc. rendía 66 CV, y alcanzaba los 160 km/h, gracias a su reducido peso de tan solo 777kg. Su carrocería enteramente de aluminio y su fabricación artesanal derivaban en un elevado precio que limitó su éxito de ventas. Este coche desde 1972 pertenece a la colección permanente del MOMA de Nueva York.
































Menos famosa que Cisitalia, la marca Stanguellini también tuvo su relevancia en la misma época. Concesionario de Fiat, era especialista en preparar coches de carreras con mecánica Fiat. Uno de los coches más interesantes fabricados por Stanguellini fue el 1100 coupe Motto, debido al autor de la carrocería: CA-MO Torino (Motto).




















Se trata de una pieza única, también con un motor fíat de 1100cc, y carrocería enteramente de alumnio, fabricado igualmente en 1947. Con un sabor retro algo más acusado que el Cistalia, este coche participa de esa indescriptible belleza de estos coupés italianos de la época.



















No me resisto a cerrar este post sin aludir a un tercero en discordia, en este caso italo-francés, que no es otro que el Talbot Lago América.





















Talbot a pesar de ser una marca francesa conserva el estilo italiano debido a Antonio Lago. En efecto Antonio lago compró la compañía Talbot en 1936, y en 1956 creó el Talbot Lago América, como autóvil sport de lujo de altas prestaciones. Equipado en este caso con un motor BMW de 2.500cc, era capaz de alcanzar los 200km/h. Las primeras unidades se hicieron con carrocería enteramente de aluminio, si bien después se introdujo más acero.



























Existen indudablemente más ejemplos de bellas berlinettas sport de estas fechas pero estas tres comparten un delicado aroma de coche de carreras artesanal y exquisito de los años cincuenta.

lunes, 4 de junio de 2018

Tether car, Spin dizzy or thimble drome: ese estratosférico hobby de los años remotos.















Erase una vez un tiempo en el que la mecánica había conquistado unos estándares tecnológicos revolucionarios: el motor de combustión y la aerodinámica. La imaginación humana no podía sino intentar emular a pequeña escala los logros de la industria como verdadera forma de apropiación y experimentación directa de la indescriptible emoción de dominar y crear poderosos artefactos técnicos. Seguro que muy pocos saben de lo que estoy hablando, pero lo desvelaré en breve. Caigamos entretanto en la fascinación de un arte del pasado, tal vez perdido o tal vez no.













Algunas películas han explotado con éxito la estética de la era del vapor, como Delicatessen, estilo que hoy se conoce como steam-punk o diesel-punk, también explotado con éxito en cómicas y viseojuegos. Por qué no, si alude a un sentimiento legítimo de amor por la obra bien hecha, en la que sus autores dejaron la impronta de sus manos, su vista y su imaginación, como si de obras de arte se tratase. No cotizan en el mercado del arte, que a su vez no deja de ser muy criticable. Pero son conservadas con mimo por los entendidos, que valoran la forma, el brillo, el sonido y el olor.

















Gasolina, rugido, olor, potencia, velocidad y hobby. Nadie arriesga su vida, y aún así todos disfrutan del evento. Bólidos en miniatura que alcanzan los 300km/h. Más aún sin rastro de electrónica, a lo sumo una bujía y un condensador. Carrocería fundida en alumnio, motor de explosión, escape libre y tracción directa. Una auténtica locura. Hoy en día los motores eléctricos brushless han superado claramente a los motores de explosión pero su sonido es lamentable, no echan humo ni huelen a nada.

En los tiempos en que el radio control no existía como hobby, los aviones eran de vuelo libre o de vuelo circular. Algunos decidieron usar coches en vez de aviones atados con cables al centro de un círculo. En otros casos había grandes pistas de madera con carriles elevados por los que se deslizaban estos coches con motor de explosión.

La competición nunca es un fin: es solo un medio de mantener a los aficionados en danza, lo que permite mantener el negocio en marcha. Sin embargo las competiciones pasan y surgen los aficionados que solo quieren disfrutar de la esencia de estas máquinas excepcionales. Su deliciosa obsolescencia, su belleza intemporal y su espíritu pionero les confieren un atractivo único, y esto sin hablar de la siempre viva emoción de ponerlos en marcha, aunque solo sea para escuchar su sonido.



















Metal, artesanía, termodinámica, combustión, química, pura alquimia. De donde procede su irresistible atractivo. Pertenecen a otro tiempo, preinformático, preelectrónico, predigital, y sin embargo altamente tecnológico. ¿Juguetes?¿antigüedades?¿capricho?¿fetiche de una secta? difícil decirlo, pero están ahí como tantas cosas para demostrar que la tecnología puede llegar a la altura del arte aunque los expertos aún no lo sepan. No importa, la verdad siempre se abre paso, es solo cuestión de tiempo y todo llega.


















Es de justicia reconocer aquí la obra de uno de los constructores de este tipo de obras, quizá los modelos más bellos, a saber Doug Parker. Basta con mirar este mercury años cincuenta para caer enamorado de sus creaciones.







Es una maqueta de metal en escala 1/18 de Jada toys, modificada y pulida, con motor de explosión glow, depósito de latón pulido y hasta le queda bien el pull-starter.

sábado, 7 de octubre de 2017

Torre de Piano en Génova: la ingravidez de oblivion.













Quien haya visto la película Oblivion del conocido actor Tom Cruise seguramente recordará la casa, torre de vigilancia, que ocupaba en un planeta anónimo.

La ciencia ficción y la imagen sintética permiten crear construcciones imposibles que desafían las leyes de la gravedad y del realismo estructural. Sin embargo su diseñador crea algo muy sugerente, por su ligereza y audacia estructural, basada sin duda en materiales futuros súper eficientes. ¿Qué arquitecto no desearía firmar un proyecto con semejante logro estructural?. Habrá quien opine que es solo una película y que no tiene mayor influencia o trascendencia en la arquitectura real. O tal vez sí.























La nueva torre de Renzo Piano para Génova, que puede verse en la imagen, también es una torre de vigilancia y por el momento una imgen 3D. Sin embargo, ahora detras de esta imagen está un arquitecto muy reconocido y autor, ni mas ni menos, que del centro Pompidou, hace ya décadas.
















Es decir, que ahora el realismo constructivo es mayor, por razones obvias. Sin embargo resulta tan audaz que uno se pregunta si se podrá realmente construir así con los materiales disponibles en la actualidad.

















































































Posiblemente con aceros especiales como los que se utilizan en las herramientas, por ejemplo aceros al cromo-molibdeno, podrían adelgazarse las secciones estructurales hasta un punto inverosímil, como el mostrado en las imágenes.


























Desde luego si se da el paso, esta estructura va a ser muy imitada, ya que aporta un nivel de ingravidez visual muy alto y apreciado por arquitectos e ingenieros. Lo más importante será descubrir no solo los materiales utilizados sino los conceptos estructurales y modelos de simulación empleados.