lunes, 1 de marzo de 2010

Fab-lab house: una casa solar diferente.















La FabLab house es una casa solar que participará en junio en el concurso Solar Decathlon Europe en Madrid. Sin embargo ya desde el primer contacto salta a la vista que se trata de una casa solar diferente. Y esta diferencia no reside únicamente en su aspecto, sino en el concepto subyacente en la misma. Su propio nombre revela la particularidad de este concepto.

El programa Fab Lab es parte de una iniciativa del MIT (Massachusetts Institute of Technology) denominada Centre for Bits and Atoms (CBA). El propósito del CBA es mirar más allá de la revolución digital, que esencialmente sustituye funciones previamente realizadas por otros medios, para preguntarse cómo la descripción funcional (o lógica) de un sistema puede ser plasmada en o abstraida de una determinada formalización física. Se trata de una nueva y revolucionaria forma de concebir la lógica digital según la cual se aprovechará la potencia digital para construir cualquier cosa (it from bit). Igualmente de los procesos físicos se extraerán algoritmos que enriquecerán los procesos digitales (bit from it). Uno de los retos de este programa es poner a disposición de la gente corriente la capacidad de programación de las herramientas industriales, en pos de una "fabricación personal". De hecho los Fab Labs constituyen una red mundial que comparte información y herramientas de programación de cara a la máxima participación en la investigación de procesos de fabricación y resolución de problemas locales.

El Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña alberga al Fab Lab Bcn, adscrito a la citada red del MIT, y aplica sus principios de concepción y fabricación al proyecto de casa solar que competirá en el concurso Solar Decathlon Europe.








En este caso la razón de practicar una nueva filosofía del diseño y la fabricación es perfecta para atreverse a ser diferente, en un concurso donde la uniformidad formal es apabullante, tal vez como forma de reducir riesgos de cara a la competición, y supone un balón de oxígeno en un panorama que amenaza con enterrar el tan necesario discurso de la arquitectura sostenible bajo un manto de mediocridad y aburrimiento.

Dentro de la ya legendaria elegancia arquitectónica catalana se insertan sofisticados y a la vez "socializados" procesos de fabricación, con diseño y corte digital de precisión, con empleo intensivo de herramientas de simulación que verifican cada etapa del proceso de diseño y con una implicación real de empresas y fabricantes en el desarrollo de prototipos.

Entre ellos destaca la invención de un nuevo módulo fotovoltaico en tira flexible, como si fuera un rosario de obleas de silicio (rígidas) que pueden girar entre sí al estar montadas sobre un plástico flexible que lo permite. De esta manera se pueden adaptar a las formas curvas de la casa. Parece que estos módulos o paneles flexibles estarían formados por rectángulos de 3 por 12 o 24 obleas, conectadas en serie para conseguir el voltaje requerido.

Mas allá del puesto que consiga ocupar en la competición final ya ha ganado el premio de convertirse en un hito por reivindicar con valentía el atrevimiento de ser diferente y buscar nuevos caminos de investigación y producción industrial.



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