La capacidad creativa y las posibilidades de construcción realista de objetos tridimensionales en el ordenador puede dar hoy día resultados tan espectaculares como el de los objetos creados por Daniel Simon.
Lo más sorprendente de sus creaciones es su increíble verosimilitud mecánica, lo que nos hace pensar por un momento si no se tratará de objetos reales. No cabe duda que el mundo virtual, como ya apuntamos en el caso del GT by Citroen, es un banco de pruebas excelente para los nuevos conceptos en materia de diseño industrial.
La belleza de sus creaciones es solo superada por la precisión de sus detalles mecánicos, y el cuidado de la rotulación técnica y comercial de los componentes. Todos los remates metálicos, los cromados, los brillos de la pintura y el encuadre de las tomas encierran seguramente cientos (si no miles) de horas de trabajo.
Sin embargo lo más sorprendente es el manejo de unos códigos visuales tan convencionales, que el realismo de sus imágenes se asume con la naturalidad que nos provocan los objetos cotidianos. Una vez más y como siempre, todo está dicho y al mismo tiempo todo está por decir sobre los mismos temas cotidianos u otros nuevos por llegar. Lo más sobresaliente del caso es crear nuevos “clásicos instantáneos” a partir de otros firmemente acreditados entre los entendidos, como diversas motos choppers, el monoplaza de turbina para Indianápolis de Andy Granatelli o el Boeing B-25 de hélice en su versión de aluminio pulido.
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