Heterodoxia, inconformismo, librepensamiento, o sea creatividad. Charles H. Zimmerman se dedicó en la primera mitad del siglo XX al desarrollo de aeronaves extrañas, como este formidable Vought V-173, de 1942, prototipo hecho de madera y tela, que demostró una serie de prestaciones en vuelo real llevadas después a otras aeronaves.
Se trata de ese viejo mito del ¿que pasaría si? por ejemplo, le quitamos las alas a un avión, pero abordando el problema desde la más estricta viabilidad técnica, desafiando con grandeza el también ya mítico "eso no se puede hacer".
Analogías animales como la raya, de cómic como el platillo volante o de fantaciencia como las expuestas en revistas de ciencia popular de la época surgen espontáneamente.
Y si, Zimmerman construyó y ensayó modelos a escala propulsados eléctricamente, para comprobar personalmente sus conceptos y para convencer a terceros de la viabilidad de sus ideas.
Si solo una enésima parte de esta pasión, energía y creatividad se emplearan en modernizar nuestra arquitectura, las cosas cambiarían radicalmente en poco tiempo. Estamos hambrientos de propuestas potentes y liberadoras que ayuden a bandonar los viejos y caducos clichés de la arquitectura actual. Las altas prestaciones de la nueva arquitectura eficiente son el reto que justifica pasar a la acción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario