Esta foto no destaca especialmente sino por los bonitos modelos de coches clásicos que se ven. Si alguien nos dice que son miniaturas no le daríamos el más mínimo crédito. Esto es tan cierto que su creador Michael Paul Smith ha tenido que fotografiarse a si mismo junto a su creación para demostrar la verdad.
Además esto demuestra que no hay postproducción ni fotomontaje, sino simplemente habilidad manual y preparación del escenario. Y todo con una cámara convencional como la que tiene casi todo el mundo.
Por ejemplo, la mesita portátil es indispensable para poder buscar un enfoque lo suficientemente bajo sin tener que tirarse al suelo. Otro truco muy logrado es mojar con arte el suelo,
Parece que lo de la nieve ayuda mucho, porque se le puede poner harina o algo similar al decorado, pero el caso es que sin nieve le sale igual de bien.
En fin casi no hacen falta palabras para describir su maestría, que una y otra vez nos deja atónitos con el realismo y perfección de sus imágenes. Como toda obra de arte son muchas horas de intentarlo y fracasar hasta encontrar la luz adecuada, el color de la base, la suciedad y los defectos de la carretera, y sobre todo, la manera magistral de hacer desaparecer la costura, el borde de la base donde están los coches miniatura y la creación ficticia de esa calle que no continúa en la realidad.
Algo similar, aunque ya más elaborado, se puede decir de la recreación de la nave Júpiter II de la famosa serie de televisión "perdidos en el espacio". Su creador William George, no se limita a las fotografías sino que crea un magistral video en el que no podemos por menos de creer que esta nave es de verdad.
Como profesional de los efectos especiales presentes en muchas películas nos deleita una vez más con este video en el que combina como nadie maquetas y personas para convencernos de que esta y otras naves existen en realidad.
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