2,7 gramos es la nueva marca establecida por la marca Plantraco para sus aviones de radio control. La escala es 1/72, ya conocida por los modelistas por ser la más pequeña en la que se realizan aviones ligeros en kits de plástico para armar (los aviones de pasajeros y los portaaviones están todavía a escalas menores).
Sin embargo lo más llamativo del caso es que las dimensiones y las proporciones del avión se respetan casi con absoluta fidelidad, lo que en principio es contrario a casi todo el conocimiento acumulado sobre el comportamiento de los modelos a escala, especialmente de aeroplanos. La clave es absolutamente empírica, como ya es conocido entre los aeromodelistas: hazlo suficientemente ligero y volará.
Se trata por tanto de un logro notable que aporta un interrogante apasionante: cómo se han burlado las leyes de la escala para producir una réplica a escala que sin embargo es capaz de volar. Si se procede a calcular el peso relativo que tendría un verdadero Spitfire reducido a esta escala se aprecia que debería pesar unos nueve gramos, casi tres veces más de lo que pesa el modelo. Por otra parte la velocidad mínima de planeo del modelo real era de 131km/h, lo que escalado daría 1,8km/h, que claramente es una velocidad insuficiente para el modelo. A pesar de su reducido tamaño muy bien podría requerir una velocidad cercana a los 8km/h para poder volar, lo que resulta 4 veces más velocidad que la resultante de escalar la velocidad. Multiplicando la mejora en peso por la mejora en velocidad nos acercamos a las 12 veces, lo que todavía es menos de la sexta parte del factor de escala (72).
Estas pequeñas maravillas nos hacen albergar la esperanza de poder experimentar con pequeños prototipos de viviendas que manteniendo sus dimensiones y utilizando los factores de escala adecuados, representen acertadamente el comportamiento energético del modelo real, con la ventaja de ahorrar mucho dinero al no tener que construirlo.
Además la miniaturización de la electrónica es un hecho fehaciente, al observar el tamaño mínimo del receptor (en comparación con una cuchilla X-acto) y su peso de solo 0,38g, capaz de gobernar dos canales, motor y actuador magnético de cola, con control proporcional de 64 etapas de giro a cada lado.
Plantear el estudio experimental con un modelo de vivienda digamos a una escala 1/10 (10%), con sensores de medida y una pequeña instalación domótica no parece a la vista de estos aviones una propuesta tan descabellada, o ¿tal vez si?
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